Pocos platillos han conquistado tantos paladares en el mundo como los tacos. Más que una comida, son un símbolo cultural, una expresión de identidad y una tradición que cruza generaciones. La historia de los tacos mexicanos es tan rica como su sabor: abarca épocas antiguas, mestizaje, migraciones y globalización. En este artículo, exploraremos cómo nació este platillo, cómo ha evolucionado y por qué sigue siendo una de las expresiones gastronómicas más representativas de México.
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El origen prehispánico de los tacos
La historia del taco comienza mucho antes de que el término siquiera existiera. En tiempos remotos, cuando aún no se había registrado la llegada de los europeos a América, los pueblos originarios de Mesoamérica ya habían desarrollado un sistema alimentario sofisticado, equilibrado y profundamente ligado al entorno. En este contexto, el maíz era el alimento base, no solo por su abundancia, sino por su valor simbólico y espiritual. El maíz no era solo un cultivo: era considerado un regalo de los dioses, el sustento de la vida, y su uso trascendía lo culinario para adentrarse en lo ceremonial y lo identitario.
A partir del maíz, estos pueblos elaboraban tortillas, discos delgados de masa cocida sobre comales de barro, que funcionaban como platos, cucharas y, por supuesto, envoltorios comestibles. Era común colocar sobre ellas ingredientes frescos del entorno como frijoles, chiles, nopales, flores comestibles, insectos o carnes de caza como venado, guajolote o iguana. Sin saberlo, los pueblos mesoamericanos habían dado origen a una de las fórmulas gastronómicas más exitosas de la humanidad: una tortilla con relleno, práctica, versátil y deliciosa. (Historia de los tacos mexicanos)
La costumbre de enrollar o doblar la tortilla sobre otros alimentos, para facilitar su consumo o transporte, ya estaba establecida mucho antes de que llegaran los colonizadores europeos. Este hábito alimenticio —funcional, nutritivo y adaptado al ritmo de vida nómada o campesina— es el embrión directo de lo que hoy conocemos como taco.
La tortilla como centro de la alimentación: Historia de los tacos mexicanos
La tortilla no solo era un componente más del platillo: era el núcleo. Y su elaboración no era sencilla. El proceso de nixtamalización, desarrollado por culturas como los olmecas, mayas y mexicas, consistía en cocer el maíz con agua y cal. Esto ablandaba los granos y permitía molerlos en metates hasta formar una masa rica en nutrientes, especialmente calcio y niacina, lo que mejoraba su valor nutricional y digestibilidad.
Gracias a la nixtamalización, las tortillas no solo eran más duraderas, sino también más sanas. Eran flexibles, lo que las hacía fáciles de doblar sin romperse, y servían como utensilio para recoger guisos o acompañar sopas. Además, al ser portátiles, permitían a los trabajadores y guerreros llevar consigo su alimento de forma práctica y segura.
Es en este punto donde aparece la lógica del taco como unidad autosuficiente: un alimento completo, fácil de transportar y de consumir, sin necesidad de cubiertos ni platos. Por eso no sorprende que, desde entonces, la tortilla haya sido el eje sobre el que giran la mayoría de los platillos tradicionales del México antiguo.

Moctezuma y el taco ancestral
Según diversas fuentes históricas, incluso el emperador Moctezuma —regente del imperio mexica— empleaba tortillas calientes como herramienta para consumir sus alimentos. Algunos relatos de cronistas españoles, como Bernal Díaz del Castillo, señalan que se servían tortillas recién hechas en grandes cantidades durante los banquetes reales, y que estas se utilizaban para envolver pequeños bocados.
También se tiene conocimiento de que en ocasiones especiales se preparaban tortillas con rellenos especiales, enrolladas con pescado, ranas, insectos u otros productos del lago de Texcoco, los cuales eran muy valorados por su frescura. Es decir, el taco no solo tenía una función utilitaria, sino también ceremonial y festiva. (Historia de los tacos mexicanos)
Estas prácticas culinarias dan testimonio de una tradición compleja, anterior a la colonización, que ya empleaba principios similares a los del taco moderno. Así, aunque la palabra “taco” aún no existía, su esencia ya estaba presente en la vida diaria de los pueblos originarios, lo que demuestra su profundo arraigo en la cultura mexicana.
La influencia española y el mestizaje culinario
La conquista de México en el siglo XVI trajo consigo una transformación radical en la vida de los pueblos originarios, y la cocina no fue la excepción. Con los españoles llegaron nuevos ingredientes que se integrarían poco a poco a la dieta local, generando una rica fusión entre lo indígena y lo europeo. Este proceso, conocido como mestizaje culinario, no fue inmediato ni homogéneo, pero dejó una huella profunda en la gastronomía mexicana.
Los ingredientes más influyentes que introdujeron los conquistadores fueron el cerdo, la res, el pollo, el trigo, el arroz, el ajo, la cebolla y las especias europeas como el orégano y el comino. Estas novedades ampliaron el abanico de posibilidades para los antiguos guisos y, naturalmente, encontraron su lugar sobre las tortillas.
Así fue como, paulatinamente, la combinación de tortilla y carne cocida se volvió habitual. El maíz seguía siendo el sustento, pero ahora venía acompañado de nuevas proteínas y sabores que enriquecieron el repertorio culinario. Este fenómeno sentó las bases de lo que sería más adelante el taco contemporáneo.
El primer “taco moderno”: Historia de los tacos mexicanos
Aunque el término “taco” todavía no se utilizaba de manera formal, la estructura básica del platillo ya estaba formada. Las tortillas, ahora rellenas con carne de cerdo frita —lo que más tarde se conocería como carnitas—, con estofados de res o con pollo aderezado con salsas, se convirtieron en una comida común tanto para indígenas como para mestizos.
El intercambio de técnicas de cocción también fue clave. Los españoles trajeron hornos, ollas metálicas y métodos como el horneado, mientras que los pueblos indígenas compartieron sus técnicas de cocción bajo tierra (como la barbacoa). Esta fusión derivó en platillos nuevos, que muchas veces se servían sobre tortillas. (Historia de los tacos mexicanos)
Además, las salsas también evolucionaron: a los chiles nativos se sumaron ingredientes como la cebolla, el ajo, el aceite de oliva y vinagres, dando lugar a nuevas combinaciones que enriquecían los sabores del taco. Fue durante este proceso cuando la tortilla dejó de ser un simple soporte para convertirse en protagonista de una nueva forma de comer, más compleja y sabrosa.
Este periodo marcó un antes y un después: el taco comenzó a configurarse como una identidad propia, que integraba lo mejor de dos mundos. Aunque su nombre aún no era parte del lenguaje cotidiano, su presencia ya era innegable en la vida diaria del pueblo.
El primer uso documentado de la palabra “taco”
Siglo XIX: Los tacos mineros: Historia de los tacos mexicanos
El término “taco” como tal aparece de forma documentada en el siglo XIX, en un contexto completamente diferente al ceremonial y prehispánico. En esa época, México vivía una etapa de industrialización y desarrollo minero, especialmente en estados como Guanajuato, Zacatecas y San Luis Potosí. Las minas de plata eran centros de trabajo extenuantes, y los obreros necesitaban formas de alimentación prácticas, económicas y transportables.
En ese entorno surgieron los llamados “tacos de minero”, considerados los primeros tacos nombrados como tales. Eran tortillas rellenas de guisos que podían conservarse varias horas sin refrigeración: papas con chorizo, frijoles refritos, chicharrón prensado o carne seca eran los rellenos más comunes. Se preparaban en las casas y se envolvían con servilletas o papel, para que los trabajadores los llevaran al fondo de las minas.
Este tipo de taco tenía varias ventajas: era compacto, no requería cubiertos, evitaba desperdicios y podía comerse en movimiento o en breves pausas. También permitía reutilizar los alimentos del día anterior, reduciendo el gasto en ingredientes. (Historia de los tacos mexicanos)
Lo más relevante es que, a partir de este momento, el “taco” dejó de ser un acto cotidiano sin nombre, para convertirse en un término popular, que identificaba una comida concreta. La palabra comenzó a extenderse por todo el país, primero entre las clases trabajadoras y después en los mercados, fondas y eventos públicos.
Con el paso del tiempo, el “taco de minero” evolucionaría en múltiples direcciones: tacos de canasta, tacos dorados, tacos de guisado, tacos al carbón, entre otros. Pero su origen en las entrañas de las minas mexicanas sigue siendo un capítulo clave en la consolidación del taco como un ícono de la cocina nacional.
La evolución regional de los tacos en México
Uno de los aspectos más fascinantes dentro de la historia de los tacos mexicanos es, sin duda, su profunda diversidad regional. A lo largo y ancho del país, el taco se ha transformado en múltiples formas, cada una impregnada del carácter, el clima, los ingredientes locales y las costumbres gastronómicas propias de cada estado o comunidad. Esta multiplicidad no es solo un detalle culinario: es una muestra del dinamismo cultural de México, capaz de reinventar una misma estructura —tortilla y relleno— con infinitas combinaciones. (Historia de los tacos mexicanos)
La geografía ha sido una aliada importante en esta evolución. Desde las costas del Pacífico hasta las montañas del altiplano central, pasando por las selvas del sureste o los desiertos del norte, cada zona ha producido su propio tipo de taco, atendiendo a lo que la tierra y el entorno ofrecían. La cocina de cada región encontró en el taco un lienzo versátil para representar su identidad.
Tacos al pastor: el legado libanés
Uno de los ejemplos más emblemáticos de mestizaje cultural dentro del mundo del taco son los tacos al pastor, nacidos en el siglo XX gracias a la influencia de los migrantes libaneses que llegaron a México, principalmente a Puebla y la Ciudad de México. Estos inmigrantes trajeron consigo una tradición culinaria ancestral: el shawarma, una preparación de carne asada lentamente en un trompo vertical.
En lugar de utilizar cordero, como se hacía tradicionalmente en Medio Oriente, en México se optó por el cerdo, más accesible y más aceptado culturalmente en el país. La carne fue marinada con una mezcla de achiote, chiles secos y especias locales, lo que le dio ese característico color rojo y sabor ahumado. Así surgió el taco al pastor: una adaptación mexicana de una receta extranjera, que hoy se ha convertido en uno de los tacos más consumidos del país.

El trompo de pastor, coronado por una piña, se ha vuelto una imagen icónica en las taquerías mexicanas. Su preparación requiere técnica, experiencia y precisión, y el resultado es una carne jugosa y ligeramente caramelizada que se sirve sobre tortilla con piña, cebolla, cilantro y salsa al gusto.
Este taco no solo es testimonio de cómo México integra influencias extranjeras, sino de su capacidad para crear nuevas tradiciones a partir del encuentro entre culturas.
Tacos de barbacoa
Otro tipo de taco con profundas raíces culturales es el taco de barbacoa, originario principalmente de los estados de Hidalgo, Tlaxcala y Puebla. Su preparación es una muestra viva de las técnicas prehispánicas, ya que se cocina en hornos bajo tierra, conocidos como “píib” o “pibiles”, que permiten una cocción lenta y uniforme.
La carne —por lo general de borrego, aunque en algunas regiones se utiliza res o chivo— se coloca en un hoyo cubierto con piedras calientes, envuelta en pencas de maguey que aportan sabor y mantienen la humedad. Después de varias horas de cocción, la carne queda tan suave que se deshace con solo tocarla. El resultado es un taco cargado de sabor ahumado, con textura melosa y aroma inconfundible. (Historia de los tacos mexicanos)
Estos tacos se sirven con salsa de chile pasilla, jugo de la cocción (consomé) y tortillas de maíz recién hechas. Son típicos en ferias, fiestas patronales y fines de semana familiares. Comer un taco de barbacoa es más que alimentarse: es participar de una ceremonia ancestral, de una herencia culinaria que ha resistido el paso del tiempo.
Tacos de canasta
En contraste con la complejidad de la barbacoa, los tacos de canasta, también llamados “sudados”, destacan por su sencillez, practicidad y sabor casero. Son originarios del estado de Tlaxcala, pero se popularizaron enormemente en la Ciudad de México, especialmente entre trabajadores, oficinistas y estudiantes que necesitaban un alimento rápido, económico y contundente.
Estos tacos se preparan previamente con rellenos sencillos como frijoles refritos, papa con chorizo, chicharrón prensado o adobo, y luego se colocan en una gran canasta forrada con tela, plástico y papel. Se les agrega aceite caliente o manteca y se cubren para que el vapor los mantenga calientes durante varias horas. De ahí su nombre: tacos de canasta. (Historia de los tacos mexicanos)
Su principal virtud es la portabilidad. Pueden venderse en bicicleta, en esquinas o a domicilio, y no requieren de utensilios para ser consumidos. Aunque su apariencia es humilde, el sabor es potente y nostálgico, evocando la comida hecha en casa. En muchos sentidos, representan el alma del taco urbano: práctico, accesible y profundamente enraizado en la vida cotidiana.
El taco y la identidad nacional
Más allá de las diferencias regionales, el taco ha logrado consolidarse como un símbolo de unidad nacional. En un país tan diverso como México, donde coexisten múltiples lenguas indígenas, climas, creencias y costumbres, el taco es una de las pocas expresiones culturales que se encuentran en cada rincón del territorio. Desde el desayuno hasta la cena, en puestos callejeros o restaurantes de lujo, el taco acompaña a millones de mexicanos todos los días.
Es un alimento que se adapta a todos los contextos: puede ser parte de una comida sencilla entre amigos, el centro de una celebración familiar o incluso una cena romántica. Hay tacos para cada ocasión, para cada paladar y para cada bolsillo.
El taco callejero
Si hay un espacio donde el taco alcanza su máxima expresión popular, es sin duda la calle. Los puestos de tacos se han convertido en instituciones mexicanas. En avenidas, mercados, parques y esquinas de barrios urbanos y rurales, los anafres humeantes son testigos del ir y venir de una clientela fiel que sabe que allí encontrará sabor auténtico, trato directo y rapidez.
En ciudades como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, el fenómeno del taco callejero es parte del paisaje. Cada taquero tiene su especialidad: al pastor, suadero, campechanos, tripa, longaniza, entre muchos otros. También tienen su propio estilo para preparar las salsas, calentar las tortillas o presentar el platillo. (Historia de los tacos mexicanos)
El “taquero” es mucho más que un cocinero. Es un maestro del ritmo, de la memoria y del trato social. Sabe quién pide sin cebolla, quién quiere doble tortilla y quién siempre vuelve por “el de la despedida”. En cada puesto se genera una comunidad efímera pero constante, un espacio donde convergen personas de todas las clases sociales.
Símbolo en el extranjero
Con el paso del tiempo, el taco no solo se ha consolidado dentro de México, sino que también ha cruzado fronteras. En el siglo XXI, la gastronomía mexicana ha ganado prestigio internacional, y el taco es, sin duda, su principal embajador. En Estados Unidos, Europa, Asia y Sudamérica, los restaurantes mexicanos crecen en número y popularidad.
Aunque muchas veces los tacos son adaptados a los gustos locales —incorporando ingredientes distintos, presentaciones más elaboradas o formatos tipo “fusión”—, existe un creciente interés por replicar la experiencia auténtica del taco mexicano, especialmente en ciudades cosmopolitas. (Historia de los tacos mexicanos)
Este fenómeno ha generado lo que algunos llaman el “taco global”, en el que conviven lo tradicional y lo moderno, lo casero y lo gourmet. El taco se ha vuelto, así, un vehículo de identidad cultural, pero también un producto en constante reinvención, capaz de conectar con públicos de todo el mundo sin perder su esencia.
El taco en el cine, la música y el arte
La relevancia del taco en México no se limita al ámbito gastronómico. También se ha convertido en un símbolo recurrente en la cultura popular, representado en películas, canciones, documentales y obras de arte. Esta presencia mediática ha ayudado a reforzar su papel como emblema nacional y como recurso narrativo.
En el cine y la televisión: Historia de los tacos mexicanos
Una de las muestras más claras de este interés es la serie documental Taco Chronicles (o Las crónicas del taco), producida por Netflix, que dedica cada episodio a una variedad distinta de taco, explorando su historia, preparación y arraigo social. Esta producción no solo ha sido vista en México, sino también en decenas de países, contribuyendo a la internacionalización del platillo.
Pero más allá de los documentales, los tacos aparecen en múltiples escenas del cine mexicano. Ya sea en una comida familiar, en una cita nocturna o en una madrugada tras la fiesta, los tacos son parte del paisaje emocional de muchas películas. Su presencia genera una conexión inmediata con el público, pues evoca momentos reconocibles y compartidos.
En el arte y la publicidad: Historia de los tacos mexicanos
Muchos artistas contemporáneos mexicanos han incorporado al taco como símbolo visual en sus obras. En murales, ilustraciones, fotografías o esculturas, el taco aparece como una metáfora de la identidad, la mezcla, el arraigo y también la resistencia.
Por otro lado, las campañas publicitarias han utilizado la imagen del taco para despertar emociones como la nostalgia, la cercanía y el orgullo. Es común ver anuncios que giran en torno a una mesa de tacos, apelando al recuerdo de la infancia, de la casa de la abuela o de la esquina del barrio.
Innovaciones modernas: tacos veganos y gourmet
Con la evolución de la gastronomía y los cambios en los hábitos alimenticios, el taco también se ha reinventado.
La revolución vegetal: Historia de los tacos mexicanos
Cada vez son más populares los tacos veganos, elaborados con ingredientes como hongos, soya, tofu, nopal o coliflor. Estos tacos no solo buscan satisfacer una necesidad ética o ambiental, sino también explorar nuevas combinaciones de sabor.
Tacos de autor
Chefs de alta cocina han elevado al taco a nuevas alturas. Los tacos gourmet pueden incluir ingredientes como pulpo, pato, trufa o salsas artesanales. Aunque puristas debaten su autenticidad, lo cierto es que amplían el universo gastronómico del taco.

Conclusión: Historia de los tacos mexicanos
La historia de los tacos mexicanos es, en realidad, la historia de México mismo: una mezcla de culturas, sabores, tradiciones y adaptaciones. Desde las cocinas de los pueblos originarios hasta los restaurantes de lujo, el taco ha acompañado al país en todas sus transformaciones. No es un platillo más; es identidad, memoria y futuro. Y mientras exista una tortilla, habrá un nuevo taco por descubrir.
Preguntas frecuentes: Historia de los tacos mexicanos
1. ¿Cuál es el taco más antiguo que se conoce?
El taco más antiguo documentado es el “taco de minero”, que data del siglo XIX. Sin embargo, los tacos como concepto existían desde la época prehispánica, cuando los pueblos mesoamericanos usaban tortillas para envolver alimentos.
2. ¿Quién inventó los tacos al pastor?: Historia de los tacos mexicanos
Los tacos al pastor fueron creados por inmigrantes libaneses en México, quienes adaptaron el shawarma con ingredientes locales como el cerdo y el achiote. Su invención se atribuye a la comunidad libanesa en Puebla y Ciudad de México a mediados del siglo XX.
3. ¿Qué ingredientes llevan los tacos tradicionales?
Los ingredientes varían según la región, pero los más comunes incluyen carne (res, cerdo, pollo), cebolla, cilantro, salsa y limón, todo servido sobre una tortilla de maíz.
4. ¿Existen tacos vegetarianos o veganos en la cocina mexicana tradicional?: Historia de los tacos mexicanos
Sí. Algunas variantes tradicionales incluyen ingredientes como nopales, papas, hongos o frijoles. Actualmente, la cocina vegana ha expandido aún más estas opciones con versiones modernas.
5. ¿Por qué los tacos son tan importantes en la cultura mexicana?
Porque representan una forma de vida: económica, sabrosa, versátil y accesible. Además, reflejan la historia del país, su creatividad culinaria y su capacidad para adaptar sabores e influencias de todo el mundo.
Artículos de Referencia: Historia de los tacos mexicanos
- La historia del taco en México – Revista México Desconocido
- Cronología del taco – Secretaría de Cultura de México
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