¿Cuál es un proyecto socio productivo? Descubre su esencia

Cuál es un proyecto socio productivo

Entender cuál es un proyecto socio productivo es clave para quienes buscan fomentar el desarrollo económico con sentido social. Estos proyectos no solo generan ingresos, sino que también empoderan comunidades, promueven el trabajo colectivo y fortalecen la sostenibilidad. En este artículo, te explicamos en detalle qué son, cómo se estructuran, por qué son tan relevantes en el contexto actual y qué impacto real tienen en la sociedad.

¿Cuál es un proyecto socio productivo?

Un proyecto socio productivo es una iniciativa organizada y planificada cuyo objetivo principal es generar beneficios económicos a partir del trabajo colectivo, promoviendo al mismo tiempo el bienestar social, la inclusión, y el desarrollo sostenible. Estas propuestas combinan la producción de bienes o servicios con un fuerte componente comunitario, educativo o cultural.

No se trata únicamente de generar ingresos o empleos, sino de construir soluciones desde y para las comunidades. Se parte de una visión integral que articula la dimensión económica con la justicia social y el cuidado ambiental, estableciendo un equilibrio entre el desarrollo humano y el aprovechamiento responsable de los recursos.

Por lo general, los proyectos socio productivos están vinculados a sectores como la agricultura, el reciclaje, la manufactura artesanal, los servicios comunitarios o la tecnología social. Se implementan en escuelas, comunidades rurales, centros de formación o cooperativas, y su valor no radica únicamente en lo económico, sino también en lo formativo y social.

Además, suelen responder a necesidades puntuales de cada entorno. Desde un taller de carpintería en una comunidad campesina hasta un emprendimiento textil en un barrio urbano, lo que los une es la lógica de integración entre producción, educación, participación y transformación social.


Elementos clave de un proyecto socio productivo

Para comprender a fondo cuál es un proyecto socio productivo, es importante conocer sus principales componentes. Cada uno de estos elementos no solo aporta valor al proyecto, sino que también asegura su continuidad, legitimidad y apropiación por parte de quienes lo integran.


Participación activa de la comunidad

Todo proyecto de este tipo parte de la iniciativa local. Los beneficiarios no son espectadores, sino actores principales que participan en la formulación, ejecución y evaluación del proyecto.

Cuál es un proyecto socio productivo
Cuál es un proyecto socio productivo

La comunidad no solo identifica la problemática o la oportunidad, sino que también diseña soluciones colectivas. Este tipo de participación fortalece el tejido social, aumenta el compromiso con los resultados y garantiza que el proyecto responda realmente a las necesidades locales.

Además, permite que los saberes tradicionales, las prácticas culturales y los liderazgos comunitarios sean reconocidos como motores del desarrollo. La horizontalidad en la toma de decisiones fortalece el sentido de pertenencia y otorga legitimidad a cada paso del proceso.


Sostenibilidad económica y social: Cuál es un proyecto socio productivo

No basta con generar ingresos: estos deben mantenerse en el tiempo y estar alineados con las necesidades reales de la comunidad. Además, el proyecto debe fomentar valores como la cooperación, la solidaridad y la responsabilidad.

La sostenibilidad implica que el proyecto pueda sostenerse financieramente sin depender eternamente de ayudas externas. Pero también requiere que se mantenga el tejido social que lo soporta: relaciones sanas, compromisos compartidos y un ambiente de confianza.

En este sentido, la viabilidad económica va de la mano con la cohesión social. Un proyecto que sólo busca lucro sin fortalecer los lazos comunitarios corre el riesgo de fragmentarse o desaparecer cuando surgen conflictos o dificultades.


Enfoque educativo y formativo

Muchos proyectos socioproductivos tienen una finalidad pedagógica. Por ejemplo, en escuelas técnicas o rurales, los estudiantes aplican conocimientos en proyectos que generan bienes o servicios útiles para su comunidad.

Esta dimensión educativa permite que el aprendizaje se vincule con la práctica, fortaleciendo competencias técnicas, sociales y ciudadanas. Los jóvenes no sólo aprenden a sembrar, construir o programar, sino que también desarrollan habilidades como el trabajo en equipo, la planificación y la resolución de problemas.

Asimismo, estos espacios formativos promueven la conciencia crítica, la responsabilidad y el liderazgo. En contextos de exclusión o pobreza, esta función educativa se vuelve una herramienta poderosa para la transformación social y el empoderamiento.


Uso eficiente de recursos locales: Cuál es un proyecto socio productivo

Una característica central es el aprovechamiento de recursos disponibles: mano de obra local, conocimientos tradicionales, materiales de la región, entre otros.

El uso eficiente de lo que ya existe en el territorio permite reducir costos, disminuir la dependencia externa y valorar el entorno. Además, promueve prácticas sostenibles al evitar el uso excesivo de insumos foráneos o contaminantes.

Los proyectos que reconocen y potencian las capacidades del entorno —naturales, humanas y culturales— tienen mayores posibilidades de sostenerse a largo plazo y de generar impacto sin provocar desequilibrios ambientales o sociales.


Tipos de proyectos socio productivos

Existen múltiples formas de organización socioproductiva, dependiendo del contexto, los objetivos y los recursos disponibles. Aquí se presentan algunas tipologías comunes que ilustran la diversidad de enfoques y sectores posibles:


Agroproductivos

Se enfocan en la producción agrícola, ganadera o agroindustrial. Buscan garantizar la seguridad alimentaria y mejorar los ingresos de las familias rurales.

Estos proyectos pueden incluir huertos familiares, sistemas de riego comunitario, cría de animales menores o producción de abonos orgánicos. También existen experiencias de transformación agroindustrial, como la elaboración de mermeladas, quesos o harinas, que agregan valor a la producción primaria.

Ejemplo: Cultivo de hortalizas en invernaderos comunitarios, con técnicas agroecológicas. Esta práctica permite producir alimentos sanos, reducir la dependencia de insumos químicos y generar ingresos en comunidades campesinas.


Ambientales y de reciclaje: Cuál es un proyecto socio productivo

Proyectos que generan valor económico mediante actividades de protección del medio ambiente, como el reciclaje o la reforestación.

Se trata de iniciativas que combinan la conciencia ambiental con la generación de empleo o ingresos. Pueden incluir desde la recolección y comercialización de residuos hasta la fabricación de objetos con materiales reciclados o la siembra de árboles para restaurar ecosistemas degradados.

Ejemplo: Clasificación y venta de materiales reciclables por parte de jóvenes de zonas urbanas marginales. Esta actividad no solo reduce la contaminación, sino que también dignifica el trabajo de sectores históricamente excluidos.


Artesanales y culturales

Aprovechan habilidades artísticas o saberes tradicionales para producir bienes con identidad local.

Estos proyectos valoran las expresiones culturales como fuentes legítimas de trabajo y desarrollo. Pueden centrarse en la cerámica, el tejido, la pintura, la música o la gastronomía, recuperando técnicas ancestrales y adaptándolas a mercados actuales.

Ejemplo: Elaboración de textiles andinos por cooperativas de mujeres en zonas rurales. Además de generar ingresos, estas actividades fortalecen la autoestima, la autonomía y la transmisión cultural entre generaciones.


Tecnológicos y de servicios: Cuál es un proyecto socio productivo

Incluyen proyectos que brindan servicios técnicos o digitales útiles para su entorno.

Pueden abarcar desde el mantenimiento de equipos electrónicos hasta la alfabetización digital o el desarrollo de aplicaciones comunitarias. En contextos urbanos o rurales, estas iniciativas abren nuevas oportunidades para jóvenes con formación técnica o vocación emprendedora.

Ejemplo: Grupos juveniles que ofrecen mantenimiento de computadoras a bajo costo en sus comunidades. Además de reducir la brecha tecnológica, permiten que muchas personas accedan a servicios de calidad sin tener que trasladarse grandes distancias o pagar tarifas elevadas.


Beneficios de un proyecto socio productivo

Comprender cuál es un proyecto socio productivo también implica conocer sus múltiples aportes a las personas y territorios donde se ejecutan. Estos beneficios no solo se traducen en cifras económicas, sino también en transformaciones profundas a nivel comunitario, ambiental y cultural. El valor de este tipo de iniciativas radica en su capacidad para articular necesidades locales con oportunidades reales de desarrollo integral.

Empoderamiento de las comunidades: Cuál es un proyecto socio productivo

La participación activa refuerza el sentido de pertenencia y promueve el liderazgo comunitario. Cuando las personas se involucran en la creación, planificación y ejecución de un proyecto, dejan de ser espectadoras para convertirse en agentes de cambio. Esta transformación fortalece el tejido social al fomentar la cooperación, el respeto por las decisiones colectivas y el compromiso con el bienestar común.

El empoderamiento también se refleja en la toma de decisiones autónomas, especialmente en contextos donde históricamente las comunidades han estado marginadas o silenciadas. De esta manera, los proyectos socio productivos abren espacios para que las voces locales se escuchen y tengan peso en los procesos de desarrollo.

Formación de capacidades

Los proyectos permiten adquirir y aplicar habilidades prácticas, tanto técnicas como sociales: trabajo en equipo, planificación, resolución de problemas. Esta formación, al estar contextualizada y vinculada a la realidad del entorno, tiene una efectividad mayor que la capacitación teórica desconectada de las necesidades reales.

Además, la transferencia de conocimientos no es un proceso unidireccional. Se genera un intercambio de saberes entre actores externos y comunitarios, lo que enriquece el aprendizaje y refuerza la identidad cultural. Las habilidades adquiridas no solo sirven para el proyecto actual, sino que dejan capacidades instaladas a largo plazo.

Inclusión económica: Cuál es un proyecto socio productivo

Favorecen el acceso a oportunidades para grupos históricamente excluidos, como mujeres, jóvenes o poblaciones rurales. Esto se logra mediante la creación de unidades productivas donde estos sectores pueden insertarse laboralmente, emprender o incluso liderar iniciativas.

Al democratizar el acceso a los recursos y beneficios, los proyectos socio productivos contribuyen a reducir desigualdades estructurales. La inclusión económica no es solo una cuestión de ingresos, sino también de dignidad, autonomía y participación en el desarrollo económico del territorio.

Cuál es un proyecto socio productivo
Cuál es un proyecto socio productivo

Contribución al desarrollo local

Al enfocarse en necesidades y potencialidades locales, estos proyectos dinamizan las economías regionales y generan cadenas productivas sostenibles. Esto permite que el valor agregado permanezca en la comunidad, generando un efecto multiplicador en otros sectores: comercio, transporte, educación, entre otros.

El desarrollo local promovido por estos proyectos tiene una característica distintiva: parte desde adentro hacia afuera. No impone soluciones externas, sino que construye desde la experiencia, el conocimiento y la cultura local. Esto garantiza que las soluciones sean pertinentes, aceptadas y sostenibles en el tiempo.

Conciencia ambiental y social: Cuál es un proyecto socio productivo

Fomentan valores como el cuidado del medio ambiente, la cooperación y la equidad, lo cual impacta positivamente en el comportamiento colectivo. La educación ambiental y el enfoque social son pilares de este tipo de iniciativas, que buscan no solo producir, sino hacerlo de manera responsable y ética.

Al integrar la conciencia ambiental desde el inicio, se promueve el uso racional de los recursos, la conservación del entorno y el respeto a los ciclos naturales. En cuanto al impacto social, se refuerzan actitudes de solidaridad, corresponsabilidad y justicia, que terminan influenciando positivamente toda la dinámica comunitaria.


¿Cómo se estructura un proyecto socio productivo?

La estructura de un proyecto socio productivo no debe ser rígida ni burocrática. Más bien, se trata de una guía flexible que oriente el proceso de forma ordenada y coherente, respetando los tiempos y la lógica del territorio. A continuación, se detallan los pasos esenciales que conforman esta estructura y que permiten llevar una idea desde la planificación hasta la acción y la evaluación.

1. Diagnóstico participativo

Permite conocer las necesidades, recursos y actores clave del entorno. Es el punto de partida para formular propuestas coherentes y útiles. Este diagnóstico no se realiza desde un escritorio, sino caminando el territorio, escuchando a sus habitantes, observando sus dinámicas y reconociendo sus fortalezas y problemáticas.

El enfoque participativo implica que la comunidad no solo aporta datos, sino que interpreta y valida los hallazgos. Así, se asegura que las decisiones posteriores respondan a realidades concretas y no a suposiciones externas. Además, este proceso genera confianza y sentido de pertenencia desde el inicio.

2. Definición de objetivos: Cuál es un proyecto socio productivo

Establece qué se quiere lograr en términos productivos y sociales. Deben ser claros, alcanzables y medibles. Los objetivos funcionan como brújula del proyecto: orientan las acciones, permiten evaluar avances y alinean los esfuerzos de todos los involucrados.

Es importante que estos objetivos se construyan de forma consensuada, considerando las aspiraciones de la comunidad y los recursos disponibles. La claridad en esta etapa evita desviaciones futuras y facilita la rendición de cuentas.

3. Plan de acción: Cuál es un proyecto socio productivo

Incluye las actividades, cronograma, responsables y recursos necesarios. Debe prever riesgos y estrategias de mitigación. Esta etapa es la más operativa y exige una coordinación eficiente, así como una distribución justa de las responsabilidades.

Un buen plan de acción no es aquel que cubre todo en poco tiempo, sino el que avanza de forma estratégica y realista. Además, debe contemplar mecanismos de monitoreo para ajustar las acciones en función de los resultados y del contexto cambiante.

4. Ejecución del proyecto: Cuál es un proyecto socio productivo

Se lleva a cabo con la participación de la comunidad, promoviendo la autogestión y el seguimiento permanente. Aquí se concretan las ideas, se movilizan los recursos y se ponen a prueba las estrategias diseñadas.

La ejecución es una etapa crítica, donde se manifiestan los aprendizajes, pero también las tensiones y los retos. Por ello, es fundamental mantener espacios de diálogo, evaluación interna y acompañamiento técnico. La comunidad no solo debe ejecutar, sino también reflexionar sobre el proceso.

5. Evaluación y sostenibilidad: Cuál es un proyecto socio productivo

Se analiza el impacto económico y social. La sostenibilidad se asegura capacitando a los participantes y fortaleciendo redes de colaboración. La evaluación no es un juicio final, sino una herramienta para mejorar, corregir y proyectar a futuro.

Además, se debe pensar desde el inicio cómo el proyecto continuará una vez finalizado el financiamiento externo. Esto implica crear condiciones para la autonomía económica, articular con actores locales e institucionales, y fomentar el liderazgo comunitario que mantenga viva la iniciativa.


7 ejemplos reales de proyectos socio productivos

A lo largo de América Latina, los proyectos socio productivos han surgido como una respuesta creativa y solidaria a múltiples problemáticas sociales, económicas y ambientales. Cada experiencia demuestra cómo el trabajo colectivo y el enfoque territorial pueden generar soluciones sostenibles, adaptadas a contextos diversos y muchas veces adversos.

Huertos escolares agroecológicos en zonas rurales de Perú

En varias regiones rurales del Perú, como Cajamarca, Ayacucho y Puno, se han implementado huertos escolares agroecológicos como parte de iniciativas educativas integradas. Estos proyectos no solo enseñan a niños y adolescentes a cultivar sus propios alimentos sin el uso de químicos, sino que también refuerzan valores como el respeto por la naturaleza, la alimentación saludable y la cooperación. Las familias y comunidades se involucran activamente, generando una red de aprendizaje intergeneracional que fortalece la soberanía alimentaria local. Además, algunos colegios han logrado comercializar parte de la producción en ferias locales, lo cual contribuye al autofinanciamiento y amplía el impacto comunitario.

Cooperativas de recicladores urbanos en Colombia: Cuál es un proyecto socio productivo

En ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, las cooperativas de recicladores urbanos han ganado protagonismo como actores clave en la gestión ambiental y la economía circular. Estas organizaciones, conformadas por personas en situación de vulnerabilidad, muchas veces excluidas del mercado formal de trabajo, han logrado profesionalizar la actividad del reciclaje, generar empleo digno y promover políticas públicas inclusivas. El trabajo cooperativo permite negociar mejores precios por los materiales reciclados, acceder a formación técnica y mejorar la infraestructura, como centros de acopio y transporte adecuado. Además de reducir la contaminación urbana, estas iniciativas visibilizan el aporte social y económico de un sector históricamente marginado.

Producción de miel orgánica por mujeres indígenas en México

En comunidades mayas de la península de Yucatán, mujeres indígenas han desarrollado exitosos proyectos de producción de miel orgánica, aprovechando saberes ancestrales y conocimientos técnicos actuales. Estas iniciativas, además de generar ingresos estables, promueven la conservación del medio ambiente, especialmente en zonas de selva amenazada por el cambio de uso de suelo. La miel, certificada como orgánica, es comercializada en mercados nacionales e internacionales, lo cual ha permitido a las mujeres mejorar su calidad de vida, fortalecer su autonomía y participar activamente en la toma de decisiones comunitarias. La experiencia ha servido como modelo replicable en otras regiones del país.

Fábricas de calzado artesanal con jóvenes en situación de vulnerabilidad en Argentina

En barrios periféricos de ciudades como Buenos Aires y Córdoba, algunas organizaciones sociales han impulsado fábricas de calzado artesanal donde jóvenes en situación de vulnerabilidad pueden aprender un oficio, acceder a una fuente de ingreso y alejarse de contextos de violencia o desempleo. Estos talleres, que suelen iniciar como espacios de capacitación, evolucionan hacia emprendimientos colectivos que comercializan sus productos en ferias locales, redes de comercio justo y tiendas solidarias. El enfoque no es solo productivo, sino también formativo y terapéutico, ya que permite a los jóvenes reconstruir su autoestima, recuperar proyectos de vida y contribuir positivamente a su entorno.

Talleres de costura en comunidades venezolanas con apoyo de ONG

Frente a la crisis social y económica que atraviesa Venezuela, muchas comunidades han encontrado en los talleres de costura una vía para la subsistencia y la resiliencia. Con el apoyo de organizaciones no gubernamentales, se han instalado espacios comunitarios donde mujeres, principalmente, reciben formación básica en corte y confección, acceden a materiales donados y elaboran prendas que luego venden o intercambian en mercados solidarios. En algunos casos, los talleres producen uniformes escolares, mascarillas sanitarias o ropa para personas en situación de calle, combinando el emprendimiento con la ayuda social. Estos espacios también se convierten en redes de contención emocional y apoyo mutuo.

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Producción de abono orgánico en zonas andinas de Bolivia

En las zonas altas de Bolivia, la producción de abono orgánico ha ganado relevancia como alternativa sostenible para la mejora de la agricultura familiar. A partir del uso de residuos orgánicos, estiércol y lombrices californianas, comunidades campesinas han desarrollado biofábricas de compost que permiten reducir costos de producción, mejorar la fertilidad del suelo y cuidar el medio ambiente. Estos proyectos, impulsados con apoyo técnico de universidades y ONG, también incluyen componentes educativos y de comercialización local. Además, se generan ingresos adicionales para las familias, y se recuperan prácticas tradicionales que favorecen una agricultura más resiliente y sustentable.

Servicios de mantenimiento de celulares por estudiantes técnicos en zonas rurales

En zonas rurales donde el acceso a servicios tecnológicos es limitado, algunos centros educativos técnicos han implementado programas de formación en mantenimiento de celulares, computadoras y otros dispositivos digitales. Los estudiantes, bajo supervisión docente, ofrecen servicios a bajo costo a su comunidad, al tiempo que adquieren experiencia laboral concreta. Estos microemprendimientos han permitido no solo mejorar el acceso a tecnología funcional, sino también generar pequeños ingresos para los estudiantes y sus familias. El proyecto también promueve la vocación técnica, reduce la brecha digital y estimula la innovación local.


Retos que enfrentan los proyectos socio productivos

Aunque los proyectos socio productivos ofrecen múltiples beneficios y pueden transformar realidades complejas, no están exentos de obstáculos. Su implementación y sostenibilidad a menudo enfrentan desafíos estructurales y contextuales que requieren soluciones creativas, articulación institucional y compromiso comunitario. Abordar estos retos de manera estratégica es clave para garantizar el éxito a largo plazo.

Falta de financiamiento inicial: Cuál es un proyecto socio productivo

Uno de los principales retos es acceder a recursos económicos que permitan poner en marcha las ideas. La mayoría de proyectos socio productivos nacen en contextos de alta vulnerabilidad, donde no existen ahorros ni acceso al crédito convencional. Muchas veces, los emprendedores sociales dependen de donaciones, subvenciones puntuales o programas de microcrédito, los cuales suelen ser insuficientes o de corta duración. La falta de capital semilla limita la compra de insumos, la inversión en maquinaria o la contratación de asesorías técnicas. Esto obliga a las comunidades a recurrir a estrategias colaborativas, trueques, autoconstrucción o alianzas solidarias para avanzar en la etapa inicial.

Escasa formación técnica: Cuál es un proyecto socio productivo

Otro obstáculo frecuente es la limitada formación de los participantes en aspectos clave como administración, contabilidad, comercialización o procesos productivos. Muchas personas se enfrentan por primera vez a la experiencia de emprender y no cuentan con las herramientas necesarias para planificar, organizar y sostener un proyecto. Esta falta de conocimientos puede generar errores, mal uso de recursos o expectativas poco realistas. Por ello, los procesos de capacitación permanente, adaptados al contexto cultural y educativo de la comunidad, son fundamentales. Las alianzas con instituciones educativas, universidades o técnicos voluntarios pueden marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento.

H3: Débil acceso a mercados: Cuál es un proyecto socio productivo

Uno de los grandes desafíos es lograr que los productos o servicios del proyecto encuentren canales de comercialización estables y rentables. En muchos casos, los proyectos logran producir con calidad, pero se enfrentan a barreras como la lejanía de los centros urbanos, la falta de transporte adecuado, el desconocimiento de estrategias de marketing o la ausencia de contactos comerciales. La falta de visibilidad limita los ingresos y desmotiva a los participantes. Para superar esta dificultad, es necesario fomentar redes de economía solidaria, participación en ferias regionales, uso de plataformas digitales o convenios con tiendas locales que apuesten por el comercio justo.

Dependencia externa: Cuál es un proyecto socio productivo

Cuando los proyectos dependen en exceso del acompañamiento de ONG, gobiernos o financiadores externos, existe el riesgo de que colapsen una vez que se retira ese apoyo. Esto ocurre cuando no se fortalecen suficientemente las capacidades locales, no se generan liderazgos internos o no se construyen mecanismos de autogestión. La sostenibilidad de un proyecto socio productivo requiere que la comunidad lo sienta como propio, lo administre de forma autónoma y sepa adaptarse a los cambios del entorno. Reducir la dependencia implica apostar por la formación de líderes comunitarios, la diversificación de ingresos y la creación de estructuras organizativas sólidas y participativas.


Conclusión: Cuál es un proyecto socio productivo

Saber cuál es un proyecto socio productivo es mucho más que tener una definición teórica. Es comprender una herramienta poderosa de transformación, que une productividad, educación y cohesión social. Los proyectos socio productivos han demostrado ser una vía efectiva para fortalecer comunidades desde sus propias raíces, apostando por modelos económicos más justos, sostenibles y humanos. Fomentarlos, apoyarlos y replicarlos es una necesidad urgente en tiempos de desigualdad y crisis ambiental.


Preguntas frecuentes: Cuál es un proyecto socio productivo

1. ¿Cuál es la diferencia entre un proyecto productivo y uno socio productivo?
El proyecto productivo busca solo generar ingresos, mientras que el socio productivo añade objetivos sociales, educativos o comunitarios.

2. ¿Se puede implementar un proyecto socio productivo en escuelas?: Cuál es un proyecto socio productivo
Sí. De hecho, son comunes en entornos escolares rurales o técnicos donde los estudiantes aprenden haciendo y generan valor para su comunidad.

3. ¿Qué rol cumplen las cooperativas en estos proyectos?: Cuál es un proyecto socio productivo
Las cooperativas son una forma organizativa ideal para estos proyectos, ya que promueven la participación democrática y el beneficio compartido.

4. ¿Qué instituciones apoyan este tipo de proyectos?: Cuál es un proyecto socio productivo
Gobiernos locales, ONGs, organismos internacionales (como FAO o PNUD) y universidades suelen brindar apoyo técnico o financiero.

5. ¿Cómo asegurar que un proyecto socio productivo sea sostenible?
Formando a los participantes, planificando con realismo, vinculándose con mercados estables y fortaleciendo redes comunitarias.


Enlaces externos confiables: Cuál es un proyecto socio productivo


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